El magnesio es un mineral fundamental para más de 300 funciones en el organismo, especialmente en huesos, cerebro y músculos. Para asegurarnos de que nuestro cuerpo pueda proveer energía a nivel celular, es esencial mantener niveles óptimos de este micronutriente. Aunque una alimentación equilibrada puede ayudar a mantener un buen estado de salud, en ocasiones necesitamos suplementos para evitar deficiencias que pueden estancarnos en un estado «regular».
La deficiencia de magnesio puede manifestarse en dolores de cabeza, inflamación intestinal, ansiedad, tensión muscular, falta de sueño reparador, entre otros síntomas. En la actualidad, es común estar deficientes de magnesio debido al consumo de alimentos altamente procesados y la falta de nutrientes en el suelo.
¿Qué alimentos son ricos en magnesio? Entre ellos se encuentran vegetales de hojas verdes cocidos, caldo de huesos, aguacate, garbanzos, lentejas, brócoli, lácteos de buena calidad, carne, dátiles, cacao, granos integrales previamente remojados, entre otros.
Para complementar la alimentación, existen diferentes tipos de suplementos de magnesio. Los más frecuentes son L-threonate, que se utiliza para tratar déficit de atención y ansiedad, y es el único que penetra la barrera sangre-cerebro; citrato, recomendado para tratar la inflamación intestinal y el estreñimiento; y bisglicinato, utilizado para aliviar dolores de cabeza, tensión o espasmos musculares y promover el sueño reparador.
También es importante tener en cuenta que el café (especialmente si se tiene función tiroidea subóptima), el alcohol, el uso continuo de antibióticos y el estrés constante pueden disminuir los niveles de magnesio en nuestro cuerpo.